Solía alentar a todas las personas que conocía a que hicieran arte.
Ya no lo hago más.
Con esta frase, Banksy, el enigmático artista callejero británico, también director y coprotagonista de este documental, habla del desencanto con el mundo del arte desde el lugar central que él ocupa, y también nos habla a nosotros, que seremos testigo de las contradicciones del campo del arte, y no podremos evitar sonreír al conocer el motivo de esta afirmación: el inefable francés Thierry Guetta, un ignoto vendedor de ropa que se termina convirtiendo en un renombrado artista.
En la primera parte del documental (que comienza con imágenes de graffiteros adueñándose de las calles y pintando murales en la noche, al ritmo de “Tonight the street are ours” de Richard Hawley), se nos muestra el arte callejero -o street art- como un movimiento contrahegemónico, que interviene el espacio público, desacraliza al arte y lo saca de los espacios tradicionales en los que suele exhibirse, que interviene y reapropia el espacio público como una forma de crear conciencia social y hacer el arte accesible a quien quiera verlo. Pero a medida que avance el documental vemos como este arte puede convertirse en mercancía, que se exhibe en museos y se vende en casas de subastas como objeto de consumo para las clases altas.
Para llevar adelante el documental, Banksy se vale de la figura de Thierry Guetta, un francés bastante ridículo, primo de “Space Invader” ( un conocido exponente del street art) que va por el mundo filmando a los artistas callejeros y quiere hacer un documental sobre ellos. Así, a partir de las imágenes filmadas por Guetta, veremos el aspecto vital, creativo y contracultural del arte callejero: observaremos a todos estos artistas salir en la noche buscando el muro más visible en donde pintar sus obras, siempre entre ruidos de sirenas de policía y huidas improvisadas. Pero en la segunda parte, el protagonista del documental (Guetta) se encontrará con el director y máximo exponente de este movimiento: Banksy. Así escuchamos al artista y vemos eventos como “Barely legal” una exposición que hizo en Los Angeles en 2006 y fue un inesperado suceso de público, y lo llevó a alcanzar otro nivel de éxito: sus cuadros comenzaron a exhibirse en museos, galerías de arte y casas de subasta en donde se vendían a precios altísimos. Pasaba de la calle a las instituciones legitimadoras, de ser para todo público a ser para unos pocos, pasaba de ser contracultural y subversivo a hegemónico.
De esta manera Banksy critica la institución arte, de la que el mismo es producto. Relativiza su lugar en ella al mostrar como una misma obra puede pasar a ser, de un día para el otro, de una pintada ilegal en una pared, a un producto legitimado y prestigioso, que se vende por miles de dólares.
Pero como si todo esto no fuera crítica suficiente, la última parte del documental trae una vuelta de tuerca inesperada y se enfoca en Thierry Guetta. El bufón que los filmaba, que no entendía nada de arte pero era fanático de la cámara, de registrar todo lo que veía y de perseguir a estos artistas en la noche, se convierte, él mismo, en artista. Movido por el consejo de Banksy (que alentaba a todos sus conocidos a hacer arte) y, sin ningún tipo de formación o talento artístico, decide crear un alter ego "artista", Mr Brainwash, y adoptando un estilo mezcla del pop art y arte conceptual inspirado en el de sus amigos graffiteros, se propone entrar por la puerta grande creando una exposición estilo “Barely legal”. Para eso contrata al equipo de diseñadores de Banksy y les pide que realicen cuadros del tipo: Michael Jackson y Schwarzenegger con la peluca de Marilyn Monroe, Elvis con un rifle en lugar de una guitarra, y otras ideas grandilocuentes y vacías. La exposición cuenta con el aval de Banksy y Space Invader y es, por supuesto, un éxito. Mr. Brainwash se convierte, instantáneamente, en un artista. Su exhibición “La vida es bella” es un suceso descomunal, sus obras se venden por miles de dólares, y se transforma en el nuevo niño mimado del mundo artístico y en un celebrado artista internacional. Hoy, se codea con importantes artistas contemporáneos, expone en las galerías más prestigiosas del mundo, y sigue vendiendo sus obras (sin jamás haber pintado ninguna) a precios exorbitantes.
Con el ascenso del ignoto Guetta al codiciado centro del campo artístico, Banksy expondrá lo caprichoso de su funcionamiento, cuestionando la idea de artista y del valor intrínseco de la obra de arte. Este documental, tan original como entretenido, nos permitirá reflexionar sobre las contradicciones inherentes de lo que denominamos arte, que es, al mismo tiempo vital, creativo, contracultural, subversivo, pero también objeto de consumo, elitista, arbitrario y banal.
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